¿Te sientes atrapado en la rutina? ¿Los días pasan volando y sientes que no estás aprovechando al máximo tu vida? Es normal sentir que algo falta, pero ¿te has puesto a pensar que la felicidad quizás esté más cerca de lo que crees? A menudo, buscamos la felicidad en grandes logros, viajes exóticos o relaciones perfectas, pero la verdadera alegría se encuentra en los pequeños momentos que conforman nuestro día a día.
¿Cuándo fue la última vez que te detuviste a disfrutar de un café con calma? ¿O que te desconectaste leyendo un buen libro? Esos pequeños placeres son los que le dan sabor a la vida y nos ayudan a recargar energías. En un mundo acelerado, donde las notificaciones y las responsabilidades parecen no tener fin, es fundamental aprender a desconectar y apreciar las cosas simples.
Si eres de los que creen que no tienen tiempo para esas cosas (¡Todos decimos lo mismo!) Checa en tu teléfono cuántas horas a la semana pasas en redes sociales o viendo videos. Ahí encontrarás el tiempo que necesitas para poder entregarte a disfrutar de los pequeños momentos.
¿Por qué son tan importantes estos pequeños momentos?
Reducen el estrés: Al enfocarnos en el presente y disfrutar de las pequeñas cosas, disminuimos los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Aumentan la felicidad: Estudios científicos demuestran que practicar la gratitud y disfrutar de los pequeños placeres aumenta significativamente los niveles de serotonina y dopamina, que son dos químicos en nuestro cerebro que aumentan cuando nos sentimos tranquilos y felices.
Fortalecen las relaciones: Compartir experiencias positivas con nuestros amigos y seres queridos fortalece los vínculos y nos hace sentir más conectados.
Mejoran la creatividad: Permitirnos momentos de relajación y desconexión estimula nuestra creatividad y nos ayuda a encontrar nuevas soluciones a los problemas.
Te presentamos dos prácticas simples que puedes incorporar a tus rutinas diarias.
1- PRÁCTICA para incorporar pequeños momentos en tu vida
Desconéctate digitalmente: Establece límites en el uso de tu teléfono y redes sociales. Dedica tiempo a actividades que no requieran una pantalla.
Practica la atención plena: Observa tus pensamientos y sensaciones sin juzgarlos. Disfruta de los sabores, los olores y las texturas.
Conecta con la naturaleza: Sal a caminar o simplemente siéntate en un parque y observa a tu alrededor.
Cultiva tus hobbies: Organízate para poder dedicar un poco de tiempo a las actividades que te apasionan, ya sea pintar, tocar un instrumento, leer o cocinar. ¡Aunque sea una vez por semana!
Rodéate de personas positivas: Las relaciones interpersonales tienen un gran impacto en nuestro bienestar emocional. Rodéate de personas que te inspiren y te hagan sentir bien.
2- PRÁCTICA para incorporar pequeños momentos en tu trabajo
Pausas activas: Levántate de tu silla cada hora y realiza algunos estiramientos o una breve caminata.
Almuerzos conscientes: Evita comer en tu escritorio. Busca un lugar tranquilo para disfrutar de tu comida y desconectar del trabajo. Aunque sea por 15 minutos.
Reconocer tus logros: Celebra tus éxitos, por pequeños que sean. Un simple reconocimiento puede hacer una gran diferencia.
Ayudar a un compañero: Ofrecer tu ayuda a un colega puede generar un sentimiento de conexión y satisfacción.
Recuerda, la felicidad no es un destino, sino un viaje. Al aprender a apreciar los pequeños momentos, estarás enriqueciendo tu vida y sintiéndote más satisfecho. ¿Estás listo para empezar a disfrutar más de tu día a día?
Si te gusta y te funciona esta práctica nos gustaría mucho escuchar de ti. Compártenos tu experiencia. Escríbenos AQUÍ.
Derechos reservados © VMI / HAPY 2024
Comments